Mi taller

Mi taller de costura es como mi propio mundo mágico, ¿sabes? Es mi refugio donde puedo dejar atrás todo lo demás y sumergirme por completo en mi pasión por la costura. Es un lugar donde las ideas fluyen libremente y donde cada proyecto se convierte en una aventura creativa.

Cuando entras, lo primero que notas es un ambiente lleno de inspiración. A cada sitio que miras, está lleno de bocetos de diseños futuros y telas de todos los colores y estampados imaginables. Es como un museo de la moda, ¡pero con el toque personal de cada pieza!

Zona de corte y confección

Una de mis partes favoritas es el rincón del diseño. Aquí es donde las ideas toman forma, donde los trazos en papel de seda se convierten en patrones que guiarán mis manos en la creación de prendas únicas.

Para dibujar patrones, recortar telas, ensamblar piezas… lo hago en la zona de corte y confección, es decir en el tablero sobre los caballetes.

Aquí puedo trabajar de pie o sentada en el taburete, según necesite. Los caballetes que he elegido son regulables en altura, tienen 5 posiciones e incluso se podría colocar el tablero inclinado, pero para el uso que le doy yo, prefiero tenerlo en horizontal, en la posición más alta. Además, cuentan con una superficie en la parte inferior para poder colocar cajas para almacenamiento, libros, accesorios de uso frecuente…

Al tener el tablero lo más elevado posible, me permite poner debajo el taburete y la pequeña tabla de coser. ¡¡La tabla de coser es una maravilla!! En realidad, es un carrito con ruedas y con una tabla de coser en la parte de arriba.

Para mí tiene el tamaño justo para tener lo importante a mano: cajas de hilos, cajas de canillas, tijeras, cúter rotatorio, pinzas, alfileres. Y como os decía… ¡¡con ruedas!! Super cómodo para sacar de debajo del taller, usar y volver a guardar.

Plancha portátil

No os imagináis lo importante que es ir planchando a medida que se hacen las costuras. Reconozco que, al principio de coser, era un rebelde y no lo hacía, pero poco a poco el sentido común se fue apoderando de mí… Planchar las costuras ayuda a que la prenda, el complemento, el proyecto, en definitiva, vaya “cogiendo cuerpo”. En cuanto a la parte estética, ayuda a ir viendo muy bonito el resultado que vamos obteniendo… y eso realmente anima, te hace sentir bien, ya sabes.

Y luego está la parte divertida: la mesa de costura.

Maquina de coser
Escondrijo
Secretos guardados

Aquí es donde tengo la máquina de coser, donde los proyectos se van haciendo realidad, puntada a puntada. Mi máquina de coser está ligeramente elevada porque así mantengo una postura más cómoda para coser. Además, en ese hueco puedo colocar más accesorios de costura, en este caso relacionados con la propia máquina: agujas, prensatelas, guías magnéticas

En el momento que puse la máquina de coser un poco elevada con una mesita, aproveché para hacer un tapete con varios bolsillos para la mesa, una funda para la mesita y una funda para la propia máquina de coser.

También en estos bolsillos tengo unas tijeras cortahílos, descosedores y una cinta métrica para pequeñas correcciones sobre la marcha…y mis etiquetas, ¡¡claro está!! …Para que se sepa quién ha cosido los proyectos!!

Y cuando finalmente termino un proyecto, llega el momento de capturar su esencia en una foto. Es como inmortalizar un momento especial, solo que en lugar de personas, son mis creaciones las que posan para la cámara. Es un momento de orgullo y satisfacción, donde puedo admirar todo el trabajo duro que he puesto en cada puntada junto con mi inseparable maniquí que nunca me falla.

Sobre las láminas de la pared diré que son las ¡¡imágenes de un calendario antiguo!! ¿Te lo imaginabas? ¿Te habías dado cuenta de que hay 12?

Photocall

Así que ese es mi taller de costura en pocas palabras: un lugar donde la creatividad florece y donde cada pieza cuenta su propia historia. Es mi pequeño rincón de felicidad en medio del caos del mundo exterior.